viernes, 9 de septiembre de 2016

Vacunas en adolescentes (1a parte)

¿Por qué necesitan vacunas los adolescentes? (1a parte)

Cuando llega a la adolescencia, el sistema inmunológico de un niño ha tenido contacto con muchos virus y bacterias, ya sea por enfermedades o infecciones, o por inmunizaciones. De cualquier manera, el sistema inmunológico de un niño está equipado para reconocer estas exposiciones repetidas por medio de su memoria inmunológica.

La memoria inmunológica se mantiene en células conocidas como células de memoria T y B. Las células de memoria T desencadenan una cascada de reacciones inmunológicas que aceleran la respuesta a una infección, y las células de memoria B fabrican anticuerpos para combatir infecciones específicas. Cuando trabajan en conjunto, estas respuestas previenen la infección por completo o alteran su curso, resultando en una enfermedad menos grave o que dura menos tiempo.
Los adolescentes y jóvenes invencibles

Desafortunadamente (¡y al contrario de lo que piensan ellos!) los adolescentes no son invencibles. Sus sistemas inmunológicos no están preparados para combatir cualquier infección. De hecho, los adolescentes son particularmente susceptibles a ciertas infecciones.

Los motivos:

Inmunidad disminuida – A pesar de haber recibido las vacunas contra la difteria, tétano y pertusis como niños pequeños, los jóvenes (y adultos) vuelven a ser susceptibles. A diferencia de la mayoría de las enfermedades, la protección proporcionada por estas vacunas no dura toda la vida.
Sin exposición previa – Si bien la mayoría de las enfermedades que se pueden prevenir con una vacuna se transmiten por medio de una tos, estornudo u objetos compartidos, algunas, como el virus del papiloma humano (VPH), solo se transmiten por contacto íntimo. Las vacunas funcionan mejor cuando se aplican antes de la primera exposición al virus, para que exista la inmunidad antes del contacto con el virus.
Hábitos sociales – Los adolescentes son sociales por naturaleza. Desafortunadamente, las nuevas experiencias que buscan – los campamentos de verano, las residencias estudiantiles en la universidad y los clubes nocturnos – son a menudo las mismas experiencias que aumentan su riesgo de tener una infección con una bacteria como el meningococo.

Virus cambiantes – Al igual que los niños de 6 meses de edad en adelante, y la mayoría de los adultos, los adolescentes deberían vacunarse contra la gripe todos los años. Debido a que los virus cambian tan rápido entre temporadas, es posible que la vacuna contra la influenza del año anterior no le dé inmunidad.

Soltarlos en el mundo


Como padres de familia, queremos preparar a nuestros hijos para cualquier cosa que puedan enfrentar cuando no estemos con ellos. Les damos nuestros valores y hablamos sobre cómo tomar buenas decisiones. Les enseñamos a cruzar la calle sin peligro y a usar cascos cuando andan en bicicleta y cinturones de seguridad en el carro. Vigilamos las amistades que eligen, sus calificaciones en la escuela y sus hábitos de comer.

Las vacunas proporcionan una oportunidad más para protegerlos.
Si bien todas las vacunas están diseñadas para brindar protección sin causar enfermedades, se emplean distintas técnicas para fabricar vacunas contra distintos tipos de bacteria y virus:

• Usar parte del virus o bacteria –
Las vacunas contra el VPH y la meningocócica se fabrican así.
• Usar las toxinas producidas por la bacteria – Las bacterias que causan la difteria, el tétano y la tos ferina producen toxinas que causan enfermedades. Por lo tanto, para ofrecer protección, las vacunas contienen formas inactivadas de las toxinas, que se conocen como toxoides.
• Usar el virus entero y muerto – La vacuna contra la hepatitis A se fabrica usando este método.
• Usar el virus vivo, debilitado – Las vacunas MMR y contra la varicela se hacen usando este método.



¿Qué vacunas necesitan los adolescentes? ..siguiente publicación.

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