lunes, 29 de febrero de 2016

La fiebre: amiga o enemiga?



Es muy frecuente que como padres enfrentemos a la fiebre como un enemigo peligroso y que debe ser eliminado de inmediato. Quiero con este pequeño post dar algunos alcances como padre y como pediatra:

Como pediatra:

PRIMERO: La fiebre es un síntoma, fácil de medir a través de un termómetro sea de mercurio o digital. Puede aparecer como resultado de una infección (sea de origen viral, bacteriana, parasitaria o por hongos) o puede ser consecuencia de enfermedades NO infecciosas. Es de suma importancia para el pediatra saber DOS cosas respecto a la fiebre:
  • Hace cuánto tiempo tiene fiebre el niño (en horas?, días?)
  • Si la temperatura es igual o mayor a 38° C.
SEGUNDO: La fiebre es un mecanismo de defensa del organismo contra las infecciones. Al incrementar la temperatura corporal en 1 ó 2 °C la capacidad de reproducción de los virus y las bacterias se reduce y permite que nuestras propias defensas llamadas anticuerpos actúen.

TERCERO: Controlar la temperatura a través de medicamentos como el paracetamol, el ibuprofeno o el metamizol sólo buscan dar alivio sintomático. La fiebre como síntoma retornará en un plazo de 4 a 6 horas, sin que esto signifique que la infección sea SEVERA. Es muy importante mantener al niño hidratado, en un ambiente fresco y ventilado, especialmente en épocas de calor intenso.

Como padre:

La fiebre es una amiga, incómoda pero amiga al final, pues me ayuda en el control de la infección sin necesidad de recurrir a antivirales o antibióticos. Si no me dejó llevar por la ansiedad podré controlar la fiebre durante las primeras 48 horas y esperar a la manifestación de otros síntomas que serán de utilidad a mi pediatra para identificar correctamente el origen de la fiebre.

Juan Carlos Tirado Caballero
Médico Pediatra
Especialista en Enfermedades Infecciosas
CMP 28257  RNE 18814


viernes, 26 de febrero de 2016

Cómo no recetar antibióticos en exceso


Es muy frecuente que los padres cuando acuden a una consulta pediátrica soliciten antibióticos como parte importante del tratamiento de su niño. He aquí algunos tips para usar antibióticos en exceso en dichas circunstacnias

PRIMERO: ¨ No usemos antibióticos cuando estemos frente a cuadro de fiebre que ha empezado en las 24 horas previas a la consulta¨

Saber escuchar y tener paciencia para recoger los datos precisos es la CLAVE para no usar antibióticos en exceso. Es muy frecuente que los padres, por sentirse angustiados y preocupados consulten por cuadros febriles que han empezado en las  24 horas previas a la consulta. El 90% de las veces estos cuadros son por virus, se autolimitan. Solo hay que saber explicar lo que es una enfermedad viral y reevaluar al niño en 48 horas.

SEGUNDO: ¨Es preferible invertir tiempo y dinero en hacer estudios de laboratorio que confirmen o alejen la necesidad de usar antibióticos¨

Cuando el carisma y la confianza que pueden tener los padres con su médico no son fuerzas suficientes para convencerlos que no se necesita usar antibióticos y que bastaría con reevaluarlo en 48 horas, entonces el pediatra tiene la posibilidad de apoyarse en estudios simples como exámenes de sangre, hemogramas, reacciones inflamatorias en heces, etc. que apoyen el punto de vista de no usar antibióticos. Lo objetivo del examen da más tranquilidad al familiar y permite evitar el uso de antibióticos cuando no está indicado.

TERCERO: ¨Tómate el tiempo necesario para explicar por qué no debemos usar antibióticos en exceso¨

La mayoría de padres y familiares que acuden a consulta tienen la idea que el antibiótico es una medicina muy útil y eficaz para tratar las infecciones de cualquier origen y no diferencian entre infecciones virales, bacterianas, parasitarias, por hongos. Solo desean que la ¨infección¨ de su niño sea curada a cualquier costo. Es parte de nuestra misión como pediatras educar en 2 conceptos básicos: 
  • La mayor parte de infecciones en niños son por virus y los antibióticos no tienen acción sobre ellos.
  • El uso de antibióticos en infecciones de origen viral incrementa la resistencia antibiótica. Es decir, las bacterias que habitan en nuestro organismo como el neumococo (el cual puede habitar temporalmente en la cavidad oral), desarrollan la capacidad de hacerse inmunes frente a los antibióticos y a la larga pagaremos las consecuencias, pues será difícil tratar con otros antibióticos más potente a las bacterias resistentes.
Estos son tres simples TIPS que podemos, si queremos, ir enseñando a nuestros pequeños pacientes y a sus padres

Juan Carlos Tirado 
Médico Pediatra-Especialista en Enfermedades Infecciosas
CMP 28257 RNE 18814