Es muy frecuente que como padres enfrentemos a la fiebre como un enemigo peligroso y que debe ser eliminado de inmediato. Quiero con este pequeño post dar algunos alcances como padre y como pediatra:
Como pediatra:
PRIMERO: La fiebre es un síntoma, fácil de medir a través de un termómetro sea de mercurio o digital. Puede aparecer como resultado de una infección (sea de origen viral, bacteriana, parasitaria o por hongos) o puede ser consecuencia de enfermedades NO infecciosas. Es de suma importancia para el pediatra saber DOS cosas respecto a la fiebre:
- Hace cuánto tiempo tiene fiebre el niño (en horas?, días?)
- Si la temperatura es igual o mayor a 38° C.
SEGUNDO: La fiebre es un mecanismo de defensa del organismo contra las infecciones. Al incrementar la temperatura corporal en 1 ó 2 °C la capacidad de reproducción de los virus y las bacterias se reduce y permite que nuestras propias defensas llamadas anticuerpos actúen.
TERCERO: Controlar la temperatura a través de medicamentos como el paracetamol, el ibuprofeno o el metamizol sólo buscan dar alivio sintomático. La fiebre como síntoma retornará en un plazo de 4 a 6 horas, sin que esto signifique que la infección sea SEVERA. Es muy importante mantener al niño hidratado, en un ambiente fresco y ventilado, especialmente en épocas de calor intenso.
Como padre:
La fiebre es una amiga, incómoda pero amiga al final, pues me ayuda en el control de la infección sin necesidad de recurrir a antivirales o antibióticos. Si no me dejó llevar por la ansiedad podré controlar la fiebre durante las primeras 48 horas y esperar a la manifestación de otros síntomas que serán de utilidad a mi pediatra para identificar correctamente el origen de la fiebre.
Juan Carlos Tirado Caballero
Médico Pediatra
Especialista en Enfermedades Infecciosas
CMP 28257 RNE 18814